La necesidad de convivir

El ser humano es sociable por naturaleza, suum politicon, un ser con interacciones políticas y sociales, decía Aristóteles, con una necesidad imperiosa de comunicar, de convivir, de intercambiar ideas, cosa que hoy nos ha quitado la pandemia COVID 19.
Todos hemos oído, nos han contado o incluso hemos ido a una reunión en tiempos de COVID, con la idea de que como son amigos cercanos, vecinos o incluso familia, no podemos dejar de vernos, dejar de convivir, al final “pues nos hemos cuidado todos y no debe haber riesgo”.
Sin duda es una necesidad tal vez, irracional, la de convivir, de estar en un espacio común y cambiar bromas, risas, estudios y vivencias, pero no podemos bajar la guardia frente a la ola de contagios que se aproxima.
Creo y que hay dos ideas muy válidas en este problema que tenemos, de buscar la reunión pero tener medidas precautorias ante la enfermedad. El COVID tiene una mortandad de 3% a nivel mundial, pero en México está por encima del 10%. EL Seguro Social ha aceptado que cerca al 50% de los pacientes de COVID, mueren, en comparación con los hospitales privados con un 20% de defunciones por enfermos registrados. Claro esto se puede deber a que las recomendaciones gubernamentales impulsan al enfermo a mantenerse en casa hasta que se sienta muy mal; caso contario a los hospitales privados.
Entonces puede entenderse que no tenemos los insumos, llámese medicamentos, camas, respiradores o atención médica, en los hospitales de gobierno federal, lo que nos lleva a una realidad que impacta nuestra vida social; la gente que cuenta con los recursos, puede darse el lujo de enfermarse con una esperanza de vida mayor en la idea de que puede atenderse en el sector privado, entonces si seguimos la analogía, resulta que la gente adinerada puede reunirse con menos temor que aquel pobre.
Esto puede impulsar aún este porcentaje, aunado a que seguimos siendo de los últimos países en el ranking de pruebas aplicadas por mil habitantes. Esta idea puede mejorar nuestras expectativas en lo general, sin embargo, la idea principal es que no podemos darnos lujos innecesarios, evitemos reuniones multitudinarias.
Debemos aprender a convivir con pocas personas, debemos olvidarnos un buen rato con las multitudes de conciertos, bodas, cumpleaños masivos o cualquier otro evento con mucha gente en tanto no exista un remedio claro y directo contra este virus.
No hay rebrote, porque no hemos estado en números “verdes”, es decir, que lo que tenemos es un rebrote por la reapertura de negocios, locales y comercios ya que regresan a sus actividades y obviamente se propicia la convivencia. Eso quiere decir que como hemos siguiendo los pasos de los países de Europa, todavía nos falta pensar que terminamos con la pandemia y el rebrote.
Sin duda no es nada alentador este razonamiento, pero los sistemas de emergencia más eficientes son los que se preparan para los escenarios más adversos, entonces esperemos que las precauciones que tomemos sean pocas para lo que se avecina, y eso que no hemos hablado de la situación que viene en la economí