YA BASTA DE LOS PARISTAS DE LA FACULTAD DE HUMANIDADES

Celebro en demasía un comunicado dado por todos los docentes, así como de trabajadores de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de México, sobre la situación de las evaluaciones respectivas a lo que se conoce dentro de la Máxima Casa de Estudios Mexiquense como el Semestre 2020 “A”, y que de forma explícita expone e impone que ya se le dé solución al problema absurdo que se tiene por un puñado de gentes tomadas las instalaciones de dicha facultad.
En plenos tiempos del Covid-19 a los dichosos paristas que para nada se les puede decir estudiantes universitarios, ya que dicha investidura les ha quedado totalmente inmensa, desde el pasado mes de febrero tienen tomadas esas instalaciones que son de la UAEM, ha habido de parte de las autoridades universitarias un acercamiento para llegar a acuerdos, ya se aceptó su pliego petitorio, ya se les dieron de la misma forma respuesta a sus peticiones, y así se ufanan y siguen tomadas las instalaciones hasta con el riesgo de su salud en estas épocas de pandemia.
Es más ilustre lector se ha llegado hasta el extremo de tener que llevar a un Notario Público para que de fe de que se les está entregando una respuesta, misma que como ellos ni siquiera se dignan en recibir como verdaderos vándalos más que otra cosa, nadie acepta, por lo que a través de un notario se ha dado muestra de que sí se les han entregado.
Apenas hace una semana y media, volvieron las autoridades universitarias a acudir a dichas instalaciones pero sin duda que ante oídos sordos, algo que ya es totalmente insostenible.
Ahora están en contra de que se tomen como validas las clases virtuales que se han dado en estos tiempos de contingencia, y que sean tomadas en cuenta para las evaluaciones de los alumnos, de los verdaderos jóvenes, de los reales estudiantes que quieren seguir en sus actividades académicas y que ya se acordó de parte de los máximos cargos de dirección de la Universidad Autónoma del Estado de México, las formas en las que se van a llevar a cabo tanto en los niveles de educación media superior, superior y posgrado, atentando flagrantemente en acuerdos que se tienen para que no se afecte a los que verdaderamente valen la pena a los quieren estudiar y prepararse día a día.
Por tal motivo docentes y trabajadores con toda la fundamentación dieron a conocer el siguiente comunicado, y que ojalá y sea tomado en cuenta:
Los profesores de la Facultad de Humanidades que suscriben este documento, declaramos que nuestras calificaciones responderán al desempeño académico de los estudiantes, como lo establece la legislación universitaria, los recientes lineamientos que se han publicado frente a la actual contingencia sanitaria y los principios éticos que nos guían. Si no lo hiciéramos así, nos comportaríamos de manera corrupta y, por ende, como malhechores.
La sociedad financia las universidades públicas para formar profesionistas, generar conocimiento y difundirlo. Una parte fundamental de todo proceso de aprendizaje es la evaluación, pues, a través de ella, el profesor atestigua ante la sociedad el resultado obtenido por cada estudiante en una unidad de aprendizaje (UA) concreta. Si el profesor no evalúa adecuadamente a un estudiante (obviamente, en este texto los términos de estudiante y alumno se refieren tanto a las mujeres como a los varones), incumple las obligaciones contraídas con la universidad, traiciona la confianza que la sociedad ha depositado en él y comete un fraude, pues estaría haciendo un uso inadecuado del dinero que la sociedad le paga para cumplir con sus obligaciones.
Algunos de los estudiantes que se han apropiado ilegítima y autoritariamente de la Facultad de Humanidades, así como las personas que los acompañan sin formar parte de esta, pretenden que evaluemos las UA de este semestre ya sea asentando las calificaciones que los alumnos obtuvieron el semestre pasado en otras UA, ya sea poniendo las mismas calificaciones a todos los estudiantes independientemente de su desempeño académico o, incluso, asignando la calificación de 10 a todos los alumnos en todas las UA. Si cediéramos a tales exigencias, no solo estaríamos cometiendo un delito y un acto inmoral, sino que estaríamos validando un chantaje revestido de supuestas “negociaciones” y de un discurso victimista.
Quienes eso reclaman muestran desprecio por la academia y la ética, aunque se presenten como jóvenes puros e idealistas. Tenemos la obligación de desenmascarar a quienes mienten de forma tan descarada. Con ese tipo de propuestas pretenden ganarse el favor de otros alumnos para que apoyen su paro, pero ignoran que la mayoría de los discentes, a diferencia de ellos, saben distinguir entre lo correcto y lo incorrecto. Los alumnos de la Facultad de Humanidades no pretenden convertir a sus profesores en delincuentes e inmorales para defender intereses particulares e injustos.
Por nuestra parte, no estamos dispuestos a ser cómplices del mencionado ardid ni a ceder ante las intimidaciones de quienes desprecian la academia y la ética, aunque ello nos cueste ser objeto de sus insultos. Si alguien quiere delinquir, es su responsabilidad y, cuanto menos, deberá asumirla ante su conciencia, pero nadie nos obligará a convertirnos en cómplices.
Se equivocan quienes piensan que se puede negociar el cumplimiento de la ley y de los principios éticos. Se equivocan quienes afirman que lo único que importa es la competencia por el poder y el demostrar que pueden doblegar a las autoridades. Nosotros no entramos en esas competiciones, por lo que no admitimos extorsiones, chantajes ni imposiciones. Los principios académicos y éticos no se negocian.
Por lo anterior, no podemos menos que apoyar las seis recomendaciones emitidas por el Consejo de Gobierno, máxima autoridad de la Facultad de Humanidades, y su Consejo Académico, en su sesión conjunta del miércoles 3 de junio del presente, pues tal acuerdo conjuga los mencionados principios académicos y éticos con la flexibilidad aconsejada por la actual contingencia sanitaria. Reproducimos a continuación las recomendaciones mencionadas.
1. Flexibilizar y redefinir los contenidos esenciales y los criterios de evaluación (ordinaria, extraordinaria y a título de suficiencia) para cada UA.
2. Los criterios de evaluación para la acreditación serán determinados por el profesor de común acuerdo con los alumnos inscritos en la UA, incluyendo la ponderación de las evidencias de las actividades académicas llevadas a cabo en línea (reportes, ensayos, cuestionarios, por ejemplo).
3. Para evaluar a los alumnos que no tuvieron posibilidad de efectuar trabajo a distancia, también será conveniente flexibilizar y redefinir los contenidos mínimos y los criterios de evaluación de cada UA; ello tendrá que concretarse durante estos días, previos a la conclusión de las actividades del periodo.
4. Los instrumentos y criterios de la evaluación (cuantitativos y cualitativos), en todo caso, serán definidos de modo claro, objetivo y transparente; se harán del conocimiento de las coordinaciones de docencia durante junio con el propósito de acelerar el flujo de información y de atender eficazmente las posibles solicitudes de revisión.
5. Los temas no abordados o con necesidad de refuerzo podrán recuperarse en UA posteriores (no necesariamente seriadas), con base en acuerdos tomados en reuniones de área, o en cursos de nivelación disponibles por Licenciatura.
6. Las UA Integrativa profesional y Práctica profesional, por única ocasión, serán evaluadas con base en el reporte parcial de las actividades desarrolladas en la institución receptora (no será condición entregar oficio de terminación o constancia de horas cubiertas.
Sin más que añadir, reiteramos nuestro compromiso con el lema universitario “Patria,
Ciencia y Trabajo”: HASTA AQUÍ MIS LINEAS…
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