Artesano tenancinguense rescata elaboración del rebozo

Tenancingo, Méx.- Adolfo García Díaz, originario del municipio de Tenancingo y uno de los pocos artesanos que quedan con vida, señaló que en la actualidad la gente ya no quiere aprender a hacer el rebozo ni ninguna otra artesanía mexicana, por ello, en entidades cercanas al Estado de México como Guerrero, Michoacán y Guanajuato los artesanos están al borde de la desaparición porque no dejaron un legado ni enseñanzas a las nuevas generaciones, por ello, con 55 años como rebocero está enfocado en rescatar parte de la identidad artesanal mexiquense.
Debido a esta falta de interés, indicó que su objetivo es dejar un legado y a través de la enseñanza a jóvenes mujeres y hombres hace esfuerzos por rescatar este oficio y que no se quede en el olvido.
Con 70 años de edad, el artesano rebocero, recordó que desde joven se dedica a esta actividad con la que se ha mantenido toda la vida, sin embargo, aseguró que toda labor se debe hacer con ímpetu, esfuerzo y dedicación para demostrar que genera ingresos y que esos recursos son bien aprovechados al hacer lo que más le gusta a las personas. Añadió que ser rebocero lo llevó a ser uno de los mexiquenses destacado en esta materia a nivel internacional.
“Porque esa es la raíz de mi pueblo, de mis antepasados que desde 1928, 1930 heredaron ese conocimiento. En Chilapa Guerrero, Guanajuato, Morelia y Zamora en Michoacán los artesanos se acaban y desafortunadamente, no dejan un legado que los identifique como pueblo”, señaló.
Recordó que ha asistido a muestras artesanales y exposiciones en lugares como Santiago de Chile, San Antonio Texas, Nuevo México, sitios en los que aseguró que la gente conoce y adquiere las prendas que elabora con sus propias manos, lo que le da identidad al Estado de México, principalmente.
El artesano rebocero, es parte de la plantilla de maestros de la Escuela del Rebozo de Tenancingo, espacio que en la actualidad recauda fondos para adquirir un terreno propio y construir el espacio educativo en forma, con el objetivo de que albergue a más alumnos ya que en la actualidad se encuentran ubicados en un salón prestado de la Unidad Deportiva de El Salto.
Desde hace ya varios años, la producción de rebozos es una de las actividades más importantes de la localidad de Tenancingo y actualmente es el segundo productor de rebozos de bolita, exportando estas prendas a muchos lugares de la república.
Anteriormente los rebozos se hacían en telares de otate o de cintura, aunque poco a poco esta técnica va desapareciendo y estos telares tradicionales están casi en desuso. Los telares de pedales son lo que predominan en esta región. Para los telares de pedales se usan solamente fibras de algodón.
La fabricación de los rebozos en Tenancingo data de la época virreinal y en muchos casos ha pasado de generación en generación, por lo que hay familias que literalmente llevan siglos dedicándose a este arte. En la actualidad hay muchos talleres caseros, en muchos casos son pequeños y familiares.
Los rebozos de Tenancingo tienen varios nombres dependiendo de sus diseños y colores, encontramos lo llamados palomos que son azules con blanco; los listados son negros con rayas que pueden ser azules, cafés o rojos; los granizados suelen ser azules con puntos en blanco; los jamoncillos tienen colores amoratados o púrpuras; por último, tenemos los calandrios que se llaman así por los tonos ocre de los que están confeccionados.