Acusan a Elektra de abusos contra sus clientes

Nezahualcóyotl, Méx. – En la empresa Elektra, donde los abonos son “chiquititos” y la ciudadanía es “enganchada” con múltiples subterfugios publicitarios, los abusos contra la clientela están a la orden del día.
Así lo denunció el señor Eduardo Muñoz Ortega, beneficiario de una cuenta que no puede ser “liberada” desde hace 20 días por el burocratismo y el desorden que imperan en el Departamento Jurídico de dicha empresa -a cargo de la licenciada María Freire Rodríguez-, donde una y otra vez el registro de documentación (por cierto, original) es supuestamente rechazado por “errores de digitalización”.
Estableció el denunciante que cumplió a plenitud con la tramitología exigida por la empresa (actas de nacimiento, credenciales del INE, claves CURP, comprobantes de domicilio, etcétera) solicitados en la sucursal 2135, ubicada en la colonia Las Águilas de Ciudad Nezahualcóyotl, y sin embargo, tras cumplirse los 10 días hábiles exigidos por dicho departamento legal para “verificar” la autenticidad de los mismos, “llegó a la conclusión” de que había “errores de digitalización” en la canalización de documentos, por lo tanto había que mandarlos otra vez y esperar otros 15 días, ya que los empleados del Jurídico no laboran los sábados, domingos ni días festivos.
El denunciante señaló que este caso no es el primero que experimenta en la empresa que liderea el señor Ricardo Salinas Pliego. Dijo que hace dos años a su hermano Raúl (qepd), le robaron una motocicleta que acababa de adquirir en una sucursal de Elektra del municipio de Chimalhuacán, y tardó más de tres meses en recuperar parte del gasto pecuniario. Esto último por el burocratismo de dicha empresa, que le exigía toda clase de documentos, demandas penales y ejecutorias de las mismas. Al final, sólo le devolvieron poco más de la mitad de lo que había costado el aparato.
A esto hay que añadir, dijo, los cobros elevadísimos (la empresa los llama “abonos chiquititos”) por préstamos personales, ya que después de 100 semanas el solicitante termina pagando el triple del adeudo.
Por lo anterior, el agraviado hizo un respetuoso llamado al propietario del consorcio (Ricardo Salinas Pliego) para que ponga orden tanto en el Departamento Jurídico como en las sucursales, donde los empleados se “hacen bolas” con los intereses de la clientela.