Sótano Uno

  • Un país de desmadres
  • Los 43 que faltan

Un país de desmadres.- Primero me disculparé anticipadamente –explica el amanuense antes de argumentarse-, pero es que “desmadre” es una palabra que se queda corta ante lo que ocurre en México. Mire, diariamente llegan a la frontera del país ¡6 mil 500 migrantes! En los últimos tres meses han cruzado el país ¡585 mil! ‘hermanos’ centroamericanos, y de Haití, Venezuela, Colombia, Brasil… Y las miradas del mundo están fijadas en su seguridad, en proporcionarles comida mientras invaden México y continúan su paso para irrumpir a los Estados Unidos. Alguien les dijo que eran bienvenidos pero, no les dijo que viajarían en trenes, que no tendrían comida, que serían secuestrados y explotados por grupos criminales ni extorsionados por policías y “mañosos”.

Caray, pobre gente pero también que p#%& irresponsables arriesgando la vida de sus hijos y exponiéndolos a morir, ya sea al cruzar el río, durante el aborto o por falta de alimento. No sé qué historia de desolación carguen pero, también son fabricantes de otras historias de terror que ellos mismos les provocan a sus hijos.

Y luego están las protestas de estudiantes normalistas, de aquellos que exigen plazas y en un futuro ser los maestros de sus hijos. Con el pretexto de los 43 jóvenes de Ayotzinapa, destruyen negocios la ciudad de México, oficinas públicas civiles y militares, secuestran autobuses, pintan, roban, golpean, lastiman usando como escudo lo ocurrido ese 26 de septiembre de 2014 a los estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, de Ayotzinapa, quienes además hubieran hecho lo mismo movilizándose a Tlatelolco para protestar por las víctimas de la matanza de estudiantes del 68.

            Pero una legítima protesta se volvió un desgarriate entre quienes demandan y esos que inventaron sus verdades históricas semejantes, sino es que iguales, y dónde el crimen organizado y el ejército son los actores responsables, y mientras, 43 familias permanecen anhelando ver entrar a sus 43 hijos por la puerta de su casa, y creyendo que todo fue un mal sueño.

El ejército en la mira

En este terrible caso culpan de injerencia directa y ejecutora al ejército, colocándolo como una fuerza criminal. Y es que Ayotzinapa se suma a otros casos terribles, como el del 19 de marzo de 2010, en el interior del campus Nuevo León del ITESM, al que ingresaron militares argumentando perseguir a delincuentes a los que mataron a balazos. Se trataba de los alumnos de esa institución Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco Arredondo Verdugo. ¡Se equivocaron los soldados de deben pagar! –era el clamor-. Por cierto, a 13 años del caso, en un mes y medio habrá sentencia por estos crímenes.

            Pero nada será tan atroz como lo del 2 de octubre de 1968. Ese día, y tras una serie de protestas por el alumnado de la Universidad Nacional Autónoma de México y del Politécnico Nacional, más de 300 estudiantes (refieren cifras no oficiales) fueron asesinados por el Ejército para frenar las demandas contra Gustavo Díaz Ordaz, a sólo unos días de realizarse los Juegos Olímpicos en el país.

            Le diré algo –dice el periodista mientras bebe el último sorbo de la taza de su café americano sin azúcar- las fuerzas armadas mexicanas ha sido utilizadas y manipuladas por los gobiernos de este país, para cumplir misiones de odio. Nada más vil que eso, y nada más criminal que intentar despojar de su valor a quienes han ofrendado su vida por México, y eso… eso no se paga regalándoles aeropuertos, trenes o mandos policiales… Que nadie siga manchando los blasones de ellos, nuestros soldados… Hasta otro Sótano… Mi X @raulmandujano