EL VALLE DEPORTIVO

“Es mucho mejor atreverse a cosas grandes, cosechar triunfos gloriosos aún marcados por el fracaso, que aliarse con esos pobres espíritus que ni mucho ganan ni mucho sufren porque habitan en la penumbra donde ni la victoria ni la derrota se conocen” Theodore Roosevelt.

Increíblemente cada día somos testigos de diversas formas de arriesgar el bienestar deportivo y su evolución a cambio de un estancamiento, de un risorio compromiso de evolución, de crecimiento, de cambios constantes que nos pondere en las altas esferas de la especialidad; los males arrasan con todo lo que se ponga enfrente; hoy por hoy parece que lo más importante es la negociación, los billetes, el varo pues, y resulta controvertido el momento porque si bien es cierto que, por un lado, está la captación de recursos para el fomento y promoción de los deportes, también es muy real y de qué manera el saber que pasa a segundo término el nivel del competidor, del deportista, del atleta y sus diferentes entornos, y es ahí donde, cuando nos detenemos a hacer un análisis REALISTA y no soñador o solo de papel y lápiz, que aparecen los resultados que solamente muy pocos alcanzan la excelencia y en cambio otros miles, se quedan a la orillita o en el ya merito, o casi se logra, hay pa´la otra, ya ni modo, y cientos de expresiones que no transitan en un cálido clima para nuestro deporte en general.
Derivado de lo anterior aparecen inevitablemente adjetivos como: mediocridad. [Mediocre indica algo o alguien que no presenta la calidad ni el valor que sea mínimamente aceptable para su entorno. La palabra mediocre proviene del latín mediocris que significa “medio” o “común”. Etimológicamente está compuesto por el vocablo medius que expresa “medio o intermedio” y ocris que significa “montaña o peñasco escarpado”, por lo que indica a algo o alguien que se queda a mitad del camino siendo la cima de la montaña el destino final. El término mediocre es un adjetivo usado para indicar algo de escaso valor o algo hecho con el mínimo esfuerzo… Mediocre, usado para describir a una persona, es peyorativo ya que indica que ese alguien no posee habilidades ni intelecto. La palabra mediocre es utilizada como sinónimo de: mezquino, mediano, vulgar y común. Algunos antónimos de mediocre son: excelente, magnífico, brillante y superior][1]
Y el tan temible verbo de uso común y más regular: fracaso: [El término fracaso proviene del verbo fracasar. Éste, a su vez, hace referencia a la frustración (cuando se malogra una pretensión o un proyecto) y al resultado adverso en un negocio. En concreto se considera que dicho término emana del vocablo italiano fracassare que puede traducirse como “estrellarse” o “romperse”. Un fracaso es, por lo tanto, un suceso lastimoso, inopinado y funesto, según describe el diccionario de la Real Academia Española (RAE). Por otra parte, el concepto permite nombrar a la caída o ruina de algo con estrépito y rompimiento][2]
Estos son tan solo dos ejemplos claros de cómo nos sumergimos en eventos de trascendencia para nuestro ser, es decir, nuestra máquina comienza a funcionar hilvanando teje y manejes de nuestro cerebro y corazón, se entrelazan y comienzan a pulular miles de emociones y sentimientos que tan solo nos indican que vivimos y que sufrimos y gozamos. Bueno, así es el deporte en general, solamente que la importancia de todo esto es bloquear, evitar y en todo caso erradicar y no permitirnos ni permitirles a quienes corresponda estas, por momentos, fatídicas palabras que parecen se subrayan en nuestro ser y nos acongoja y nos bloquea.
Por ello, ante la adversidad y la derrota, hay que sacar lo mejor del resultado, la mejor experiencia sin duda, es el aprendizaje para no volver a cometer los mismos errores, hay, en el deporte, quienes tienen chance no solamente una vez más sino varias y tampoco las aprovechan, pero quienes sí lo hacen sacan la casta, el coraje y la determinación necesaria, esta evidente muestra de desequilibrio entre lo físico y mental pasa por un montón de cosas que solo los triunfadores son capaces de resolver al segundo inmediato después del silbatazo final, por ello, reconsidero que la mejor oportunidad está en el aquí y ahora, la experiencia ciertamente te saca a flote con carácter pero si no hay un jale parejo, si los demás no están en la misma sintonía es cuando llega la derrota; ahora bien, tampoco es solamente una culpa de uno eh, porque también el rival cuenta y también se prepara y también aspira con esa mentalidad a salir vencedor, y de ahí la gran revolución que se causa con estos y más términos o palabras o frases o como quieran llamarles y expresarlas.
Al final de la historia todo es pasajero, todo queda y nada ni nadie nos salvamos, todos pasamos por ahí, lo mejor es levantarse, seguir y seguir luchando, para evitar este maldito medianismo en el que se ha impreso nuestro deporte, por supuesto que aplica para todo, pero con este fin de semana de futbol, donde queda más de manifiesto lo anterior, multipliquemos más argumentos sólidos para erradicar y no permitirles a los pseudo dirigentes más mediocridad que nos condena a lo que tenemos y no a lo que queremos y aspiramos, lamentablemente trasciende tanto que tenemos el deporte y el balompié que merecemos porque lo permitimos, ¡carajo! No lo permitamos más, ya nos tardamos en tiempo de seguir aplaudiendo triunfos en fases que ni siquiera deberían existir y en cambio hacen que seamos tolerantes y soñadores de que todo está bien… ¡ja!
Pásenla bien!!!