EL VALLE DEPORTIVO

“Para tener éxito, en primer lugar debemos creer que podemos” Nikos Kazantzakis

Lamentablemente vivimos en un país marcado por conceptos erróneos, en su mayoría radicales a tope capaces de trastornar en lugar de transformar, esos que con lujo de excelencia ocultan y desvirtúan las realidades, aquellos excelsos magos en la mentira, extraordinarios, así como feroces y audaces corruptos, figuras apesumbradas que solo sostienen el paso porque son feligreses a los caprichos personales y no los comunes, aún cuando se quiera hacernos creer que es lo mejor que nos ha sucedido. ¡No! eso no ha ocurrido y como dice el cántico de guerra desde que comenzó la Pandemia: “antes éramos felices y no lo sabíamos…” Hoy más que nunca estamos inmersos en un total caos por reconstruirnos y por rehacernos por el bien personal y de la sociedad en general, pero es ahí donde entramos todos y jalamos parejo o de plano nos carga el payaso…
Y de pronto surge el tema deportivo donde también tendremos que solucionar a la par y no solamente aparentar ser y luego, de forma inmediata, sacar el cobre ligeramente y justificar cada decisión equivocada, cada acción mal planeada o ni siquiera planeada, ocultamiento de situaciones para beneficio propio o peor aún la inoperancia total por no contar con los debidos conocimientos para generar armonía, paz y alegría, la incapacidad ha azotado a nuestra nación en todos los rubros de la vida, en este ámbito especialmente hemos sido testigos, sí, de una desastrosa época donde justificar la mediocridad, evadir responsabilidades y alejarse del o los momentos hacen que cualquier tema sea más intenso, más necesario corregir que lamentar, pero lastimosamente no ha sido así. Conste que soy partidario de los buenos cambios, de dejar trabajar y hacerlo, pero en serio, no nada más por encimita y para tapar el ojo al “macho” o bien, como muchos en este momento: hace como que hacen, ¡pero no hacen nada! Ahhh, lo siento, sí hacen, destrozan aspiraciones, sueños, limitan y cortan a diestra y siniestra sin tener la menor idea de qué sucede con un recorte de presupuesto, de beca, de estímulo, o bien, hay a quienes se les olvidó por completo, porque les hicieron el lavado de cerebro y solamente les dejaron 2 neuronas, que servir al deporte no es servirse de él y enriquecerse ilícitamente, no es cortar las alas a millones de mexicanos que aspiran a salir adelante con base en sus esfuerzo diario, quemar esas esperanzas de desarrollo y pisotean la dignidad no tan solo del deporte, del deportista, del atleta, de los entrenadores, de sus familias, sino del gremio en general, ese ahí donde podremos estar de acuerdo o no, pero aquel que nos encierra a todos con el corazón por delante para tener expresiones en un grupo selecto para proporcionarnos alegría en medio de terribles males que nos aquejan.
Hoy la historia una vez más levanta la mano y hace especial énfasis de que el cambio no es el que se pregona y se grita a los vientos, sino el que se ejerce, el que se construye y el que, calladamente, se logra. Esta ola de cambios surte efectos positivos cuando somos positivos y nos empecinamos en hacerlo valer con alta categoría al no jodernos al de al lado ni a los demás, pero muy pocos tienen esa facultad de pensamientos, sentimientos y acciones para velarlos, por lo tanto, celebro con alta esperanza que en tiempos de transición en el deporte olímpico de nuestro bello México se leven anclas en busca de mejores horizontes y se ponga la muestra al resto de las divisiones de la vida mexicana que no solamente sí se puede sino que se debe hacer, esto no es de merecer sino de hacer, de buscar y lograr, de colocar los cimientos, castillos, y losa para que, una vez fortalecido un sistema deportivo, pueda trascender y lograr abrirle los ojos a los agnósticos administrados deportivos y alejar al destierro a aquellos que solo llegar a hacer tanto daño.
La muestra está puesta, María José Alcalá, nueva presidenta el Comité Olímpico Mexicano cuenta con fortalezas profesionales dentro y fuera del deporte, a nivel amateur, de alto rendimiento, sufrió en carne propia cuando no había recursos y solo era la voluntad y la suma de esfuerzos de sus allegados, vivió la cumbre del deporte cuando asistió a la justa veraniega por excelencia; ante su retiro de la competencia decidió darle vida al deporte con su experiencia y buena voluntad -no como otra…- y apostar por el resurgimiento pro mejor reposicionamiento del olimpismo mexicano. Se requiere de gente capacitada y actualizada en temas de captación de recursos, impulsores y promotores de la carta olímpica y sus aristas, la consecución de tener y contar con un sólido sistema capaz de ser eje rector y un buen organismo trabajando y generando.
Al menos yo, sigo con la misma idea de cuando alguien llega a una nueva responsabilidad profesional, hay que darle chance de trabajar y después veremos, analizaremos y en su caso, emitiremos juicios, mientras al menos tiene derecho a duda. Que tenga éxito por el bien del movimiento olímpico mexicano y del deporte en general y si sirve para dar ejemplo de buena gestoría, vaya que se le aplaudirán y producirá mejores temas. ¡Que así sea!
Pásenla bien!!!