EL VALLE DEPORTIVO

El camino marca una dirección. Y una dirección es mucho más que un resultado.

Recién comenzaba mi aventura en esta fascinante carrera de reportero deportivo, me encargaban entrevistas, reportajes y/o notas que resultaban difíciles, complicadas y en ocasiones hasta parecían como imposibles, pero no me abría, jamás me rajé y si había que ir a un lugar lejano tan solo por un instante pues lo hacía con mucha ilusión aún a costa de la incertidumbre y los pasos a seguir, pero como siempre he sido un terco y testarudo luché -y lo sigo haciendo- hasta lograr el cometido, en cuestión de profesión abrazada era por demás fundamental para mí y más por entregar buenas cuentas y verlas reflejadas en la pantalla, en la radio y en el periódico. Debo reconocer que con la enjundia de aquel mozuelo pues los kilómetros se me hacían lo de menos, el hambre se disfrazaba con un refresco o agua. El tema era conseguir una charla, entrevista, palabras, impresiones o de menos unas cuantas frases para armar algo grande.
Así, tuve la oportunidad de cruzarme con Mario Vázquez Raña, en las instalaciones del Comité Olímpico Mexicano, el reto era mayúsculo sobre todo porque me decían que era de pocas pulgas, osco, cortante y más, que tuviera cuidado si es que lo conseguía. Yo tendría unos 24 -25 años de edad y acepté el reto. No sabía que había que pedir permiso y/o avisar al área respectiva para lograr una comunicación con el mandamás, entonces la aventura se tornó algo compleja, pero tenía que lograrlo. Con micrófono en mano, el camarógrafo al tiro con la indumentaria encendida y el audio abierto caminaba pegado a mí, por los pasillos del COM escuché su voz, baja las escaleras de su oficina hacia el estacionamiento pues ya lo esperaba su chofer. Debo admitir, reconocer y mencionar que en la caseta de acceso no me dejaron ingresar porque no tenía cita ni aviso de visita, entonces pues solo había, literal: “cazarlo” y así fue.
Salió rodeado de un séquito, entre ellos Carlos Padilla; me abalancé sobre él y le pedí dos minutos de entrevista. La neta me dio un revison, un escaneo de pies a cabeza, filtros al micro y cámara, y sonrío y con esa voz peculiar que tenía me dijo: “… a ver muchachito, solo porque estas aquí y me viste; tienes cinco minutos, si no me gusta lo que me preguntas me voy…” ¡Gulp! ¡Madres! -pensé y sentí- y pues me lancé a mis anchas, estaba yo solo, no había otro reportero a mi alrededor, quizás eso me ayudó bastante. Señor Mario, ¿cómo está el deporte en México? ¿hacía dónde vamos? ¿podremos ser potencia? ¿vendrán tiempos de cambio en el COM señor?
Se sintió tan bien que estuvo conmigo como 15 minutos, de hecho, era darle voz y se soltó; cuando llegó el tema de los cambios administrativos, insistió que era lo más lógico y que siempre habría quien arropara al deporte mexicano en aras de un crecimiento y reposicionamiento a nivel continental y mundial. Por ahí estaba flanqueado por Felipe Muñoz y Carlos Padilla, y los miraba insistentemente. La “entrevista” fluyó de manera muy casual, rica y llena de aprendizaje, me dio una palmada en la espalda y se despidió con un “luego nos encontraremos; tómenle sus datos a este chamaco…” y antes de abordar su flamante automóvil, volteó y me dijo: mira a estos 2 -Muñoz y Padilla- los verás por mucho más tiempo en el deporte…
Pues hoy en día está cerca de cerrarse una administración del COM en la figura de un tipo caballeroso y trabajador, que dedicó más tiempo del que parece al servicio del deporte y de los deportistas. Por supuesto que existen y seguirán por siempre las opiniones encontradas, pero es bien sabido su manera de trabajar y tratar de solventar los problemas buscando alcanzar las alternativas de solución en beneficio de un selecto grupo deportivo mexicano ávido de resultados, ya no bastaba únicamente el esfuerzo y tenacidad, se tenía que ampliar cada área que engloba el sector olímpico en nuestro país. La tarea no fue nada fácil, muchos dimes y diretes por doquier pero siempre sacando la casta y sobre todo dando la cara ante la adversidad y la fortaleza humilde con el triunfo. Carlos Padilla Becerra, cierra su estancia en el COM como un hombre capaz de impulsar y fomentar mecanismos de mejora para el deportista, atleta, entrenadores, equipos multidisciplinarios, con una visión fortuita en la base de sus antecesores, pero con la clara consigna de seguir creciendo. Se va del COM por la puerta de enfrente diciendo que extrañará al deporte pero que seguirá pendiente de todo lo conlleva y permea.
Será pues este 11 de noviembre cuando se lleve a cabo la Asamblea General Ordinaria de Asociados del Comité Olímpico Mexicano en la que se elegirá a los miembros del comité ejecutivo para el periodo 2021-2024, en una transición que ha acaparado los reflectores no solo del olimpismo en nuestro país sino del deporte en general por la trascendencia que tiene y tanto es así que, hoy se señala que podría recaer la responsabilidad de una nueva gestión en la figura de una mujer, la otrora clavadista María José Alcalá, actualmente Diputada del Partido Verde. Presidenta de la Comisión de Deporte de la Cámara de Diputados.
Quién sea que asuma la responsabilidad habrá y tendrá la necesidad de seguir procurando y velando por la Carta Olímpica y sus desarrollos socio-deportivos, así como los valores de excelencia, amistad y respeto que son la base sobre la que el Movimiento Olímpico une deporte, cultura y educación en beneficio de los seres humanos.
Pásenla bien!!!