EL VALLE DEPORTIVO

“Todos los días nuevos amores nacen y viejos amores mueren. Es decisión tuya ir al festejo o quedarte en funeral para siempre.” Autor desconocido.

Llegando a casa para ver el futbol por la televisión, me asomé a la habitación de mi hermano preguntándole como iba el marcador, pero al ver las imágenes en toma abierta del estadio del Pachuca cuando recibió al Cruz Azul en el partido de ida, simplemente le comenté: “…que no mamen, eso no es lo permitido por las autoridades…exageraron el aforo…fue un partido donde ganó la imprudencia, la inconciencia, la arbitrariedad, la negligencia y lo absurdo de sacra ganancias a como dé lugar…
Tengo muchos amigos que son seguidores de los tuzos, es más algunos hasta trabajan en el Club y me han dicho que no saben cómo ocurrió eso. A ellos les creo, a quienes no, son a los responsables del boletaje y a quienes permitieron el ingreso sin mediar razón de la etapa en la que nos encontramos en todo el país a raíz de la Pandemia, porque evidenció por mucho, sí las ganas de los aficionados en regresar a los inmuebles pero también el horrible acto de irreflexión de todo un sector que sigue exponiéndose a sí mismos y a los demás en un acto que raya en el clásico: “Me vale…” la realidad no pudo ser mejor proyectada a nivel nacional y darnos cuenta de la irresponsabilidad de mucha gente. Apreciar cómo no había distancia, de a poco el uso del cubrebocas parecían parches en distintos puntos del inmueble, lo peor del caso es que desde niños hasta ancianos participaron en lo que creían era una fiesta. Y sí, tal vez el futbol tiene parte de eso, de una gran fiesta, pero no en estos momentos de tanta incertidumbre, la osadía puede costar muy caro y la factura ser fatal.
Ahora bien, no se trata tan solo de admitir que no hubo control y fingir no saber de las condiciones de venta de boletos y asumir y presuntamente advertir que con el acceso de policías se veía mayor cantidad de aficionados. ¡Por Dios! Se engañaron ellos mismos, su afán de recuperación financiera los traicionó, los cuestionó y los sancionó. Pero incluso, más allá de eso está la visión analítica y humanitaria de no mezclar el aceite con el agua, es decir, por muchos motivos se dice que nos protejamos y hagamos lo propio con los demás, la dinámica ya es parte de nuestro quehacer diario, entonces no alcanzó a identificar como es invitar a miles de personas a un espectáculo so pretexto de mantener las medidas necesarias sanitarias y administrativas. Tal vez y conste que digo que quizás, las sanitarias a lo mejor se llevaron a cabo, ah, pero acabo de recordar que la sana distancia no existió, ah, pero también se me revela como todo es un hervidero en plena ebullición.
Por supuesto que las arcas estuvieron acordes a lo proyectado, pero también existió una multa bien ganada y debe resarcir y repercutir en algo más, el deporte más popular del mundo debe seguir siendo ejemplo de dignidad humana, del rescate de valores y la promulgación de deberes civiles entre lo cuales destacan no agredir ni física ni verbalmente, evitar a toda costa la violencia, actos racismo, equidad, respeto, amistad, etc., es muy fácil seguir esto, lo que resulta insólito es como no solo ahí en Pachuca sino en otras entidades le rascan los…al tigre. Acuérdense que el zarpazo es letal y no hay vuelta atrás.
Atención, no estoy señalando a un persona en sí, pero si a un grupo que en su descontrol puede generar más caos del que impera, la verdad no peca pero incomoda, y así es, acuérdense de cómo comenzó todo en Mazatlán, a las afueras y dentro del estadio cuando abrieron sus puertas, siguieron en otros lares y de las peores ridiculeces del mundo, aún sabiendo que está prohibido y mejor aún, para salvaguarda la vida, los fanáticos que acuden por racimos a las calles aledañas para manifestar su apoyo, en grupo, codo con codo, muchos de ellos sino es que casi todos sin la menor empatía por otros. En este y otros espacios he venido insistiendo en el tema que la reapertura debería y DEBE ser gradual y sin un pelito en el arroz, pero como ocurre en cualquier lado, nunca faltan los inadaptados, necios, tercos y valemadristas que aplican: no me va a pasar nada…¿Para eso querían que abrieran los estadios?
Pásenla bien!!!