EL VALLE DEPORTIVO

En el patio de la casa, cuando era momento de tener un breve espacio de tiempo y después de haber realizado las encomiendas asignadas, estaba ahí, sentado con mi pelota de fut, con el tubo que utilizábamos como bat, con las viejas manoplas de beis, con los mini balones de básquet y de volei, los lazos del tendedero nos servían para saltar la cuerda y seguir al pie de la letra las rondas que nos sabíamos de memoria, reíamos, soñábamos, nos cansábamos de tanto jugar, agotados, sudados, solo esperábamos el famoso cántico de: “…vénganse a comer…ya está la comida…” uffffff. Pero antes de esto y después de haber fabricado escenarios deportivos en el patio, habiendo jugado y practicado deporte y teniendo actividad física, llegaba el momento del relax. En mi caso, recuerdo, como quería detener el paso del tic tac y hasta tener súper poderes para que, con tan solo la mirada fija en un punto del piso en cementado hacer que en un tris el sol se ocultara y evitar así que fuera tan ardiente el momento. Imaginaba que viendo a distancia una botella de vidrio del refresco de moda y mirándolo fijamente podía hacer eso y hubo muchos momentos que lo creí porque de pronto se iba el sol y aparecía la sombra. ¡Caray! Que magicopoderes tenía carajo. Lo que años más tarde entendí era que el paso de las nubes tapaba los rayos del sol, ahhh pero que momentos para recrear que eran los poderes de la mente…
Así en los juegos deportivos. Comenzaba, con mis hermanos, a recrear un estadio repleto de gente, al unísono del alarido por escuchar los nombres de los protagonistas según el deporte que jugábamos y/o practicábamos, entonces comenzaba a narrar las partidas a las que nos sometíamos. ¡Era la vida! Era una auténtica belleza, lo mismo era el fucho, el básquet, el volei, el beis, el boxeo, el karate, etcétera. Los íconos del deporte despertaban entre los sueños y fabricábamos auténticos torneos caseros llevando a carta cabal las estadísticas, por ejemplo, cuantos goles, jonrones, clavadas, puntos decisivos y más. Soñábamos despiertos sin miedo a nada, bueno sí, a la “pala” (el dichoso pedazo de madera que empleaba para batir la masa para pasteles) de mi madre y el cinturón café (más bien color miel) así como las manos de mi padre, jajajajaja, pero era simplemente increíble. La bonanza llegaba con un buen plato de sopa de llantintas y una milanesa empanizada, agua de limón, y escuchar a Tres Patines, ufffffffff….
Así que el tiempo es vital, a veces quisiera que pasara lento, otras tantas veces que fuera acelerado y muchas más que ni siquiera avanzara, pero nadie tiene el poder de detenerlo. Lo único que realmente tenemos es eso: ¡tiempo! para pensar, para hacer introspecciones y enlazar sueños a compromisos de ejecución justamente cuando haya más segundos, más minutos y más horas. Hoy por hoy se tiene la mágica oportunidad de adquirir valor para modificar y salir airosos de la situación actual. Es momento de erradicar los sinsabores y darle chispa a lo que viene, con actitud, con firmeza, pero sobre todo con mucha paz. Hemos sido elegidos para darle un vuelco tremendo a nuestro mundo, sí, al personal y al de la sociedad en general. Esto pasará y será preciso tener nuevos argumentos de solidez para que una vez en el argot de lo cotidiano pasemos de ser sobrevivientes a ser mejores, es lo que realmente debe importar, aunque para ello y debo insistir en el tema, debemos mostrar y consolidar una total y real consciencia en materia de salud, porque como decimos con nuestros mejores propósitos a fin de cada año, mientras tengamos salud, lo demás viene por añadidura. Pues estamos a la orilla del mar de la esperanza, motivados, ciertamente, con que mañana será mejor, pero esto implica obedecer y cumplir. Ahora mismo no se trata de ser ni kamikazes ni magos, ni eruditos, pero tampoco neófitos en la materia, al contrario, hoy somos seres humanos especiales que tenemos la oportunidad de redimir y emerger cuando sea el momento. Cada uno de nosotros saldremos al ámbito productivo con más ganas, pero con más conocimiento de causa y no se valdrán excusas para no construir, ja! al contrario, es tiempo de cimentar, caminar y en su momento correr. Esto se trata de re-aprender, de re-valorar y de re-construir, así tiene que ser en cada arista de la vida.
En el deporte, creo firmemente que tendrá que llegar lo mejor y dejarse de sueños guajiros y de “innovaciones” absurdas que solo perjudican el desarrollo y evolución, basta ya de tanto bibrón que solo ve sus intereses personales para incrementar sus arcas, basta ya de cerrar puertas a los niños, jóvenes, adultos y adultos mayores a la práctica de un deporte o de una actividad física, basta ya de tanta cobardía disfrazada de soberbia atrás de un escritorio, basta ya de tanta impunidad y compadrazgos señalados como cacicazgos, basta ya de esto, bien lo dicen las autoridades sanitarias, nada volverá a ser igual, entonces tenemos la obligación de reinventarnos para mejorar en todo sentido y abrir un nuevo tic tac de la vida, de la salud, de la educación, de la economía, del deporte, de la cultura física y de todas las aristas del mundo terrenal. ¡Que así sea!

Pásenla bien!!!