EL VALLE DEPORTIVO

…crecí viendo peleas de boxeo de Miguel Canto, Pedro Flores, Fredy Castillo, los Bejines, los Arredondo, “Panterita” Urzúa, Lupe Madera, etc., e interminables pleitos en el cuadrilátero tanto nacional como internacional; me emocionaba hasta los huesos y al mismo tiempo me sorprendía, no alcanzaba a identificar de que se trataba de un deporte de contacto y que solo el mejor preparado salía vencedor. Durante el correr de los años, siempre me prendía como los más grandes podrían darse tremendos catorrazos y en varios casos, resistir hasta que el cansancio y la mejor preparación declaraban a un gladiador triunfador.
Me gustaba mucho la crónica que se hacía sobre el particular en aquellos años mozos, era tal la detallada estructura de diálogo, que empalmaba perfectamente con lo que se veía en el televisor, por cierto, en un inicio blanco y negro y después a color. De verdad que era fan de los pleitos entre los pesos pequeños del país y de los completos de USA particularmente de aquellos combates que sostuvo Alí, Spinkins, Fraizer, Holmes, y muchos más. No daba crédito como un par de grandotes se daban hasta con la cubeta para saber quién era el más fuerte.
Obviamente conforme crecía era testigo de la evolución del deporte y sus peculiaridades, comenzando desde los guantes y sus colores, hasta las batas con la que llegaban al ring. El aroma a cloroformo era tal que traspasaba la pantalla y los brotes de sudor y sangre, esa combinación de hielo y fuego hacía invariablemente que saltara de donde estaba. Me gustaba mucho como se preparaban los pugilistas. Recuerdo perfectamente bien como me devoraba los diarios deportivos de la época y ahí hacían las reseñas detalladas de la preparación la que eran sometidos los peleadores. También se exponían a aquellos que no hacían caso a su entrenador y se ventilaba su falta de interés y compromiso y entonces aparecían los detalles de las juegas y despilfarro de dinero, que no era otra cosa que falta de conciencia personal y deportiva. Lo mejor o peor de los casos era que al mismo tiempo que se daban conocer esos sucesos, las peleas ya estaban en la hora cuchi cuchi, o sea, ya!
Y entonces se daba lo que, aún a corta edad, podrías captar. Quien no estaba en el ojo del huracán ni bajo los reflectores, generalmente llevaba ventaja y un porcentaje elevado de salir victorioso. Desde entonces me quedo claro que la preparación amén de la concentración y pulcritud con la que afronten los compromisos da como resultado la victoria. Claro, también había los golpes de suerte y bueno, esa es otra cosa.
Con la evolución, quienes abrazaron esta disciplina deportiva han gozado de diversas y distintas maneras de vivir del boxeo, pero no de deja de sorprenderme como es el factor distractor de alguien que puede ganar mucho o todo, y en un santiamén perderlo…aunque hoy en día pareciera que para ganar hay que ser derrotado…que ironía verdad?
Lo anterior viene al tema con lo que paso este fin de semana con Andy Ruiz y sus infortunadas declaraciones y contradicciones. Vaya osadía después de subirse al ring esperando un golpe milagroso que lo catapultara al firmamento boxístico, que ni tarde ni perezoso dijo que no se había preparado bien y que anduvo desorbitado tres meses! Esto es el colmo, pero no los 13 millones de dólares correcto?
Seguro me dirán que a mí que me importa y tendrías razón, pero lo hago con la clara muestra de un seguimiento especial por el recuerdo y la grandeza de muchos que no pudieron destacar en este fascinante mundo deportivo por haber nacido y estado en otra época. Pero bueno, ya está, así las cosas y en el argot deportivo se da esto hoy con mayor frecuencia y debemos presentarlo como es: crudo, cruel y real.
Sabes que soy partidario de la evolución a todas las esferas, pero hay ocasiones, como el caso en comento que, preferiría el pugilismo de ayer…y tú?