EL VALLE DEPORTIVO

Seguramente en su momento, por morbo, por curiosidad, y hasta por otros motivos, escuchaste y/o fuiste testigo de lo que era el famoso “tubo”, artefacto que era visto como un detalle más en el mundo de la farándula nocturna y que solo era manejado para una distracción social, sin embargo, el desarrollo e impacto que ha tenido así como su evolución, ha permitido que desde hace ya algún tiempo sea considerado como una disciplina deportiva que requiere de toda la concentración posible, técnica y táctica para desarrollar evoluciones por demás difíciles que convierten a sus protagonistas (hombres y mujeres) en expertos de esta, créeme, difícil práctica.
Sur origines se remontan a los 80’s en Inglaterra ganando cada vez más adeptos, alejándolos de aquellos que solo se tornaban en imagen de striptease, y que hoy por hoy, debemos entender y aplicar conscientemente de que se trata de un baile en una barra vertical fija, pero que, insisto, requiere de fuerza, coordinación, condición física y mental, destreza, habilidad y elasticidad, toda vez que para ejecutar las rutinas alusivas y sostener el propio peso del individuo, se realizan ejecuciones de alto nivel e impacto visual al ritmo de la música, con posturas y movimientos de alto reto individual.
El pole dance puede ser un deporte como cualquier otro, ya que se trata de una actividad constante que fomenta el ejercicio tanto muscular como cardiovascular, donde incluso en una sesión se pueden llegar a quemar entre 400 y 800 calorías, según la intensidad con que se lleve a cabo, beneficiando al bienestar general, eliminando toxinas y por ende favoreciendo la circulación sanguínea.
Así pues con estas condiciones, es digno de presentar y reconocer la participación de delegación mexicana que asistió al Mundial de la especialidad que se realizó en Montreal, Canadá, donde Karim Luna Santana en la categoría junior varonil (15-17 años), Isabel María Aguilar Ortiz, de la categoría PPM1 (discapacidad de pérdida de potencia muscular), así como María Eugenia Plaza Ortega, en la categoría senior femenil (+18 – 39 años) acudieron con la firme intención de alcanzar sendos triunfos, logrando mucho más de que se imaginaron, rompiendo marcas mundiales.
De las 16 medallas que obtuvo la delegación, siete fueron de oro. Además, hubo tanto medallistas hombres como mujeres, como el caso de Luna Santana, quien se proclamó campeón mundial con un récord también mundial, en la disciplina “Pole Sport”, todo esto con una extraordinaria participación de talento mexicano desde los 11 hasta los 54 años de edad, siendo apenas superados por Japón que resultó a la postre campeón de la justa a la postre.
Pero infortunadamente no todo es miel sobre hojuelas. Resulta que después de una charla con representantes de la Federación Mexicana de la especialidad me indicaron con papel en mano, que acudieron al país de la hoja de Maple con sus propios recursos pagando sus gastos para poder intervenir en el certamen mundialista y todo porque la CONADE les reconoció su condición como deportistas con poco tiempo previo a la justa, por lo que ya con el evento en puerta tuvieron que hacerlo por sus propios medios y esto no es novedad, eso ha ocurrido con otras tantas disciplinas que han tenido que solicitar apoyos, salir a la calle a botear, hacer rifas, kermeses, etcétera, con la finalidad de encontrar un respaldo que se carece y que de pronto salen decisiones que estaban en letras chiquitas y que nadie sabía…
En fin, situaciones como la del pole dance y otras, deben cambiar de tajo, de golpe y porrazo y destinar más y mejores apoyos, estímulos y garantías para desempeñar un inmejorable papel dentro y fuera del territorio nacional; es momento de acabar ya con esa desalineada idea de que todo es por cuestiones administrativas, por pseudo “olvidos”, y por las pistolas de algunas personas que solo buscan un afán protagónico por encima de los intereses de los deportistas. El deporte, la cultura física, la recreación y otras aristas también necesitan toda la atención posible y con la alta posibilidad de impregnar un real apoyo decidido y dedicado, claro que se obtendrán más y mejores resultados, surgirán talentos que provoquen una cascada de representación mexicana por todo el orbe y seguro estoy, se colocarán en la antesala de un mejor panorama para nuestro país en esta y otras materias.
Mientras esto ocurre, no olviden estos nombres porque seguramente en el futuro mediato y cuando se declare al pole dance como disciplina olímpica, seguro algunos sonaran demasiado. Karim Luna Santana, María Eugenia Plaza, Erika Ortega Lara, Nora Susana Ordóñez, Isabel Aguilar, Abdiel Villaseñor, María Eugenia Plaza, Sergio Chan Baños, entre otras.
Pásenla bien