EL VALLE DEPORTIVO

Entiendo tácitamente cuando en el deporte existe un momento que deriva en ser presa de “nervios”, ya sea por la proximidad de la competencia, por situaciones administrativas, por entrenamientos, por nutrición, por elegibilidad y otras tantas condiciones, pero lo más abominable es por el mentado tema de los recursos económicos. Esos que producen un auténtico viacrucis a todos los involucrados en cualquier evento, incluyendo el antes, durante y el después y que, aunque no se quiera mencionar, la mayoría de las veces activa una alarma roja por lo complejo.
Así pues, a menos de dos meses de la participación de nuestro país en los Juegos Panamericanos en Lima, Perú, resulta que aún no se ha liberado el recurso que habrá de respaldar su accionar en la justa y que por lo tanto ha generado incertidumbre entre las autoridades deportivas a nivel nacional y en los propios atletas y deportistas clasificados. Esto no es un tema menor y pasa por momentos difíciles, porque si bien es cierto que existe una planeación estratégica, en muchas ocasiones, como el caso en comento, la cuestión del dinero siempre es un factor que mete calambres a todos.
Y como no, si queda claro que no hay dinero que alcance para cubrir todo y mucho menos cuando no se hace llegar en forma correcta, directa y sin trabas a los especialistas y a los protagonistas para elevar su calidad y aspirar con base en un buen respaldo económico, a alcanzar mejor dividendos deportivos. Pero también de esto hay otras aristas que dejan ver la preocupación de lograr mejores cosas porque ahora se tiene en mente por parte de la jefatura de misión aspirar a llegar al top 5 y superar el sexto lugar obtenido en la justa de Toronto en el 2015 y dejar claramente atrás a Colombia en el medallero.
La realidad supera a la fantasía, pero esta únicamente se recrudece día con día, y basta ver y leer como en distintos lares de nuestro país, en diferentes escenarios y diversas perspectivas, muchos deportistas y/o atletas tienen que salir a la calle a botear, a solicitar ayuda y todo en aras de acudir a una justa, donde por cierto obtuvieron su sitio por méritos propios y no por cuestiones administrativas. Esto pareciera cuento de nunca acabar y es una pena y una lástima que hasta el momento se siga cayendo en este tipo de injusticia. Si los criterios de competencia y selección son tan precisos en sus términos, por qué no lo son a la hora de repartir y bajar el recurso? Es cierto que todo el nivel de preparación, competencia y presencia ya está definido, pero cuando surgen este tipo de situaciones que están a la orden del día se ven afectados demasiados intereses, y es justo cuando todo, absolutamente todo sufre un giro “inesperado”.
Estoy cierto que el dinero nunca es suficiente pero sí es determinante a la hora de encarar, en el deporte, eventos de primer nivel, así que confiemos que se dejen de lado los atroces momentos de incertidumbre y comencemos a apostar a mejores logros, con la visión de un ente que genere y sea sustentable, entonces tendremos mejores resultados en el país.
La misión no es nada fácil, es por demás complicada, pero siempre he creído que se puede y si se quiere habrá mejores oportunidades de desarrollo, aunado a esta situación, está la presentación del Plan del Deporte Nacional, que dicho sea de paso aún no tiene fecha de presentación y a decir de la titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, Ana Guevara, éste se publicará días antes del abanderamiento de nuestros connacionales que se llevará a cabo el 15 de julio en Palacio Nacional. De esto estaré platicándoselos en otro Valle.
Pásenla bien!!!